CASO ANTE EL QUE NOS ENCONTRAMOS
El caso
que elegí analizar en el segundo módulo del curso MOOC de Convivencia, fue el
segundo de los propuestos, en el que se hacía referencia a una víctima de tipo
activo. El caso recogía la situación de acoso hacia la “alumna 24”, caso que era
reconocido por la mayoría de alumnos de su clase.
No solo
la mayoría del grupo afirmaba que la Alumna 24 es acosada, sino que la propia
alumna confirmaba la situación. Al
analizar los datos aportados por el grupo, y compararlos con cómo la propia
alumna valora la situación, era destacable ver que la alumna percibía el caso
con mucha mayor gravedad que sus compañeros, afirmando que los maltratos e
insultos eran más frecuentes de lo que reconoce el resto del grupo.
Si nos
fijamos en la actitud que el grupo ve en la alumna, podemos entender claramente
porqué se trata de un caso de víctima activa. Observamos amplio acuerdo en
afirmar que la alumna no es tímida, ni diferente a los demás. Los compañeros
afirman que le gusta llamar la atención, no tiene una actitud tranquila y que
discute con mucha frecuencia. La propia alumna confirma que su perfil no es en
absoluto pasiva, al manifestar con total seguridad que no se siente en absoluto
indefensa.
CARACTERÍSTICAS
DEL CENTRO
El
centro en el que se ubica mi actuación, es un centro de especial dificultad,
clasificado como tal desde los primeros orígenes de esta denominación. Históricamente
ha sido un centro receptor de población de bajo nivel sociocultural y
económico, inserto en una zona de Madrid donde hace tan solo unas décadas se
encontraba una de las zonas más importantes de Mdrid de consumo y distribución
de drogas. Esto explica que un porcentaje relevante de alumnos del centro se
encuentren en situación de orfandad, al haber estado uno o ambos progenitores
metidos en el mundo de la droga, y como resultante, un número no desdeñable de
ellos residen junto a familiares, en situaciones de acogida (generalmente por
parte de sus abuelos).
En un
número muy importante de familias se dan graves problemas de desestructuración
familiar, elevados índices de paro, ingresos muy escasos o nulos en familias
numerosas, trabajos vinculados con la economía sumergida, etc. Un número
importante de familias del centro tienen seguimiento en Servicios Sociales. Y
no son pocos los perceptores de Renta Mínima de Inserción.
El
centro cuenta a su vez con un alto ´número de familias de étnica gitana, en las
que es habitual encontrar altos índices de absentismo. Así mismo, hay numerosa
población inmigrante, procedente en su mayor parte de países latinoamericanos,
pero no exclusivamente. Si bien esta población alcanzaba un porcentaje muy
importante del alumnado del centro (en torno al 50%), en los últimos años el
número se visto reducido ligeramente, debido a la situación de crisis en
nuestro país, que ha hecho que algunas de estas familias retornaran a sus
países de origen.
Así,
resumiendo, en el alumnado podemos encontrar:
- Fuertes carencias materiales: ropa, libros de texto, alimentación.
- Carencias afectivas o casos de niños que sufren cierto “abandono” por parte de sus familias, a las que apenas ven, por tener estas que trabajar larguísimas jornadas, pasando los niños solos y sin control parental la mayoría del tiempo que están fuera del colegio.
- Importante porcentaje de alumnado procedente de otros países o etnias.
- Alto grado de absentismo escolar.
- Desinterés generalizado hacia los estudios.
- Alto grado de fracaso escolar.
- Ambiente generalizado de total agresividad verbal hacia los compañeros.
- Frecuentes casos de conflictos en los que está presente la agresividad física.
- Falta de habilidades sociales y de resolución de problemas.
RELACIÓN CON EL PLAN DE CONVIVENCIA DEL CENTRO
Si analizamos el plan de convivencia del centro, encontramos que incluye muchos objetivos en la línea de fomentar un adecuado clima de convivencia en el centro, otorgándole un valor esencial a este aspecto, no solo como vía de resolución de conflictos, sino fundamentalmente como vía de prevención de los mismos. En esta sentido, podemos afirmar que está en los planteamientos pedagógicos del centro, el trabajar estos aspectos como esenciales para todo el alumnado, y no sólo dirigidos a víctimas y/o agresores.
Entre los objetivos del Plan de Convivencia veremos:
Debido
a las peculiares características del centro, comentadas más arriba, a
principios de curso, de forma conjunta entre Jefatura de Estudios y el
Departamento de Orientación, se realizan, dentro de las Jornadas de acogida, varias sesiones dedicadas a informar sobre el
conocimiento y difusión de las normas de convivencia del centro y las
consecuencias derivadas de su incumplimiento, recogidas en el Reglamento de
Régimen Interno. Por otro lado, se dedica especial atención a la prevención, la
concienciación con la importancia de una buena convivencia escolar y el
conocimiento de recursos de ayuda a su disposición, como son las tutorías, la
ayuda entre iguales, el equipo de Mediación existente en el centro o el propio Departamento de
Orientación.
Si analizamos el plan de convivencia del centro, encontramos que incluye muchos objetivos en la línea de fomentar un adecuado clima de convivencia en el centro, otorgándole un valor esencial a este aspecto, no solo como vía de resolución de conflictos, sino fundamentalmente como vía de prevención de los mismos. En esta sentido, podemos afirmar que está en los planteamientos pedagógicos del centro, el trabajar estos aspectos como esenciales para todo el alumnado, y no sólo dirigidos a víctimas y/o agresores.
Entre los objetivos del Plan de Convivencia veremos:
- Promover la cultura de paz en nuestro centro y mejorar la convivencia, facilitando el diálogo y la participación de todos los sectores.
- Concienciar a la comunidad educativa de la importancia de una adecuada convivencia escolar y los procedimientos para mejorarla.
- Fomentar el respeto a las diferencias individuales, sean del tipo que sean, consiguiendo que el alumnado no solo respete sino valora la diferencia como bien de enriquecimiento y diversidad cultural.
- Actividades que fomenten el buen clima de convivencia en el centro.
- Actividades de resolución pacífica de conflictos.
- Actividades de acción tutorial que favorezcan el desarrollo integral del alumnado y su formación no solo técnica sino humana, poniendo en énfasis en una educación en valores.
Por
último, el Plan de Acción tutorial
se concreta y desarrolla en gran medida las actividades y programas
establecidos en el plan de convivencia, incorporando en este plan un apartado específico que estructure y paute
las intervenciones destinadas a la prevención y mejora de la convivencia.
Como veremos a continuación en las medidas seleccionadas, los valores reflejado en el Plan de Convivencia del centro son plenamente coherentes con la intervención que se va a llevar a cabo.
Como veremos a continuación en las medidas seleccionadas, los valores reflejado en el Plan de Convivencia del centro son plenamente coherentes con la intervención que se va a llevar a cabo.
MEDIDA A APLICAR. JUSTIFICACIÓN DE LA MEDIDA MÁS ADECUADA
Todo lo
analizado en el apartado anterior nos permite dar un marco y un sustento a las
acciones que vamos a realizar en el caso de la alumna 24. Se trata de que la
medida elegida sea coherente con el enfoque educativo general que existe en el
centro, y que ponga en valor, la importancia de la convivencia y de fomentar un
clima de apoyo entre los compañeros.
La
medida que voy a proponer va en una doble dimensión, puesto que considero que
en este caso es esencial que el grupo cambie de actitud, pero al tratarse de un
tipo de víctima activa, está claro que hay algo que cambiar también en la
propia alumna.
De esta
manera nos proponemos:
- Con el grupo: Implantar una medida de Aprendizaje cooperativo, que consigue que los alumnos aprendan a trabajar en equipo, se conozcan en mayor profundidad, se ayuden unos a otros y se fomenten vínculos de interdependencia. Esta medida, además suele mejorar mucho los índices de cohesión grupal y de valoración entre iguales.
- Con la alumna: dado su especial forma de reacción ante los problemas, se vuelve esencial trabajar con la alumna el entrenamiento en habilidades sociales y gestión de emociones que le dote de unas estrategias de resolución de conflictos más exitosas, incidiendo en la eliminación de pensamientos negativos sobre sí misma, el fomento de la autoestima, la correcta expresión de emociones, etc. En este sentido, y aunque este trabajo se considera primordial para la alumna, si revisamos las características generales del alumnado del centro, vemos que todo el alumnado podría beneficiarse igualmente de este entrenamiento. Esto, además permitiría trabajar estas HHSS en el espacio de la acción tutorial, de forma que la alumna no fuera estigmatizada o separada, sino dando relevancia a la consideración de que estas habilidades son esenciales para todo el alumnado y la mejora de la convivencia en el centro. Esta medida se vuelve así coherente con los objetivos reseñados del Plan de Convivencia, que hacen hincapié en el clima de paz y convivencia en nuestro centro.
PROTOCOLO PARA LA IMPLANTACIÓN DE LA MEDIDA:
pasos, medidas concretas, responsables, responsabilidades de cada agente
educativo
Tal
como hemos dicho, se va a implantar una doble intervención con la clase de la
alumna 24: el establecimiento de una metodología de Aprendizaje cooperativo,
por un lado, y el trabajo en Habilidades sociales en el horario de tutoría, por
otro.
1. Implantación, pasos y
responsables del programa de Habilidades
Sociales y gestión de emociones:
- Este programa se va a llevar a cabo con todo el grupo en las horas de tutoría, por los motivos argumentados más arriba.
- La responsable de la aplicación directa en el aula será, en líneas generales la tutora del grupo, pero dado la especificidad de los temas a tratar y la disponibilidad de tiempo, la orientadora y PTSC del centro, desarrollarán también algunas de las sesiones, de manera que puedan darles contenido más especializado o apoyo en caso de que la tutora no dispusiera de tiempo suficiente.
- De forma previa a la implantación, el Departamento de Orientación, preparará las sesiones oportunas, como profesionales especializadas en la implantación de este tipo de programas y responsables de la orientación en el marco del plan de acción tutorial. Durante la elaboración de este plan, se considera necesaria mantener al menos una entrevista con la tutora, que, como buena conocedora del grupo, podrá orientarnos sobre los objetivos más prioritarios a trabajar.
- Una vez diseñado el plan, se dará a conocer a la tutora, tanto a nivel informativo como formativo, es decir, no sólo dándole la información oportuna, sino las estrategias y técnicas necesarias para transmitirla al alumnado. En esta reunión se decidirá, teniendo en cuenta el dominio de estas estrategias, la distribución de las sesiones, y la persona responsable de llevar a cabo las mismas.
- Se presentará a los alumnos el programa que se va a llevar a cabo y se comenzarán las sesiones, aprovechando para ello el horario de tutoría.
- Cada sesión finalizará con una pequeñísima actividad de evaluación, en la que los alumnos puedan expresar si lo trabajado les ha servido, les ha aportado algo, les ha resultado interesante, etc. Esto será una medida de evaluación formativa muy útil para el programa.
- Durante la implantación del programa se llevará a cabo una constante evaluación de proceso, que pude hacer necesario introducir cambios en el programa para adecuarlo a las necesidades del grupo y la experiencia acumulada.
- El programa continuará con los cambios necesarios que se vayan incorporando. Se prevé una duración de no menos de 12 sesiones, como es habitual en este tipo de programas.
- Finalmente se realizará una evaluación final, en la que participen tanto docentes como alumnado.
2. Implantación, pasos y
responsables del programa de Aprendizaje
cooperativo:
·
En primer lugar se seleccionará una materia en la que implantar dicho
programa. Se debe tener en cuenta que sea un profesor con suficiente
disponibilidad, muy motivado tanto con el tema de la convivencia como con la
citada metodología para su aula. Se procurará que no sea la tutora, para no
sobrecargarla de actividades “extras” y para que desde el alumnado se perciba
como el trabajo en Convivencia no viene siempre desde la misma persona, sino
que es fruto de la implicación de toda la comunidad educativa.
·
Una vez seleccionada el profesor, éste deberá recibir una adecuada
formación en la metodología de aprendizaje cooperativo. Si ya lo conociera por
sí mismo sería ideal. En caso contrario, el departamento de orientación cuenta
con valiosos recursos para la formación en estos temas, y podría proveer un
apoyo importante para este docente.
·
A la hora de formar los equipos de trabajo de aprendizaje cooperativo,
siempre es esencial valorar las características del alumnado, formando grupos
lo más heterogéneos posible. Para realizar estas agrupaciones, se reunirán
conjuntamente el docente con el tutor y el equipo de orientación. Esto permitirá
sumar conocimientos sobre los alumnos, las problemáticas surgidas en el grupo,
y prestar especial atención al grupo en el que se incluirá a la alumna 24, de
forma que incluya a algunos de los alumnos que identificábamos como posibles alumnos
ayudantes, y no a los principales agresores.
·
El docente presentará al grupo la nueva forma de trabajar. Normalmente,
en un momento inicial se instaurará en unas pocas horas, o para un tema
aislado, y no de forma generalizada, pero esto también dependerá de la asignatura,
la autoconfianza del docente en el dominio del programa, y otros factores
variados.
·
Como ya hemos dicho en el caso anterior, se irán implantando variadas
medidas de evaluación de proceso, de manera que
“sobre la marcha” vayamos verificando el funcionamiento del programa y
su acogida por parte del alumnado. Igualmente será necesaria la evaluación
final, de nuevo en la misma línea de lo indicado más arriba.